viernes, 16 de octubre de 2009

A veces, ser un dios no es nada divertido


Hoy terminé de leer otro libro de Terry Pratchett, es el primero que leo en español y vale la pena decir que la traducción me pareció bastante buena, al menos lograron mantener el sentido del humor que tanto caracteriza a este autor.

Pirómides (Pyramids en su idioma original) es un libro más de la serie Discworld. Este trata de un faraón llamado Teppic que es enviado a estudiar a Anhk-Morpork, específicamente para convertirse en asesino e ingresar al gremio. Cuando se gradua como asesino le llega la noticia que su padre, el faraón, ha muerto y ahora él debe tomar su lugar.



La historia se desenvuelve en un lugar llamado Djelibeybi que es una parodia del antiguo Egipto, con dioses similares y una esfinge. Teppic, habiendo conocido un mundo diferente, tiene una opinión distinta de lo que debería ser su reino, pero por más que quiere implementar sus ideas, el gran sacerdote Dios no se lo permite.

Los problemas de Teppic como aprendiz de asesino no tienen nada que ver con los problemas que tiene siendo faraón. Al encargar construir la pirámide para su padre, la más grande y majestuosa hasta entonces, desata una serie de acontecimientos que desatan un cataclismo piramidal que desaparece a su reino del Mundodisco y lo envía a un mundo donde los dioses caminan entre los mortales.

Este libro, al igual que los otros dos que he leido de Pratchett, es bastante gracioso y logra mantenerte con una sonrisa en la boca durante el tiempo que lo lees y un poco más. Por ejemplo, Maldito Bastardo, un camello, es el matemático más brillante de toda la historia del Mundodisco, y tiene como colegas a otros camellos matemáticos de nombres similares.

Aunque Pirómides no me gustó tanto como Mort, es un libro que me dejó una sensación de alegría y hasta me reconcilió un poco con el mundo.

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