domingo, 10 de junio de 2012

Gimme the Power


Al parecer llegar a dormir después de ir al cine no fue una buena opción para mí esta noche; de hecho preferí llegar a escribir acerca de la película que acabo de ver: Gimme the Power.
     Escrito y dirigido por Olallo Rubio, este documental de la historia de Molotov abarca el contexto social de nuestro país de 1994 para acá, con su respectiva introducción desde el Porfiriato hasta el gobierno de Carlos Salinas.
     Para poder explicar bien la razón por la cual me gustó tanto esta película creo que debo contarles un poco de la manera en la que conocí a Molotov.
     En 1997, mi vida era muy sencilla: ya había terminado la prepa, trabajaba de mesero en un restaurante por las tardes, estaba decidiendo qué carrera cursar, y tocaba la batería en mi banda de rock llamada Ruleta Rusa. Debido a esto último, intentaba mantenerme al corriente de las nuevas bandas y principalmente de las tocadas. Fue así como a principios del año un amigo me obsequió un cassette grabado que contenía el demo de Molotov, lo escuché y realmente me gustó; su estilo pesado e irreverente me fascinó y empecé a investigar acerca de esta banda. No pasaron más de dos semanas cuando los fui a ver al ya desaparecido Rock Stock, y poco después sacaron su primer disco: ¿Dónde jugarán las niñas? el cual compré inmediatamente y escuché infinidad de veces.
     A mis escasos 19 años, el hecho de poder gritar las canciones "Chinga tu madre" o "Puto" era algo increible, era desahogar toda la frustración que llevaba dentro; era sentir que le gritaba "Puto" al gobierno y al sistema corrupto que no dejaba de hundir al país, y era mi manera de protestar contra lo que no estaba bien.
     Es por esto que esta película me encantó. Durante dos horas regresé en el tiempo y volví a ser el chamaquito de 19 años que gritaba las canciones y se metía al slam, y que durante los minutos que duraba el concierto sentía que todo estaba bien.
     Al día de hoy las cosas no han cambiado mucho, sin embargo la reacción de los jóvenes es diferente. El movimiento estudiantil #YoSoy132 trae nuevas gotas de esperanza para todos aquellos que la olvidamos en el camino; y en verdad no creo que haya un mejor momento que ahora para gritarle al gobierno "Dame todo el power para que te demos en la madre".

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