El movimiento #YoSoy132

En verdad el movimiento #YoSoy132 me ha devuelto la esperanza en nuestra sociedad. No es que no creyera que México pudiera ser un mejor país, sino que más bien dejé de luchar y comencé a hacerme a la idea de que nada cambiaría sin importar lo que yo hiciera.

     Una parte de mi no estaba contenta con esta decisión, por lo que reaccionaba enojándome cada vez que pasaban cosas que yo consideraba injustas pero que no podía hacer nada, o más bien que yo había decidido que no podía hacer nada.

     En mi concepción de la política mexicana, son los grandes capitales quienes van a colocar en la silla a nuestro nuevo presidente, y hasta el 11 de Mayo de 2012 era muy claro que sería el candidato del PRI. Sin embargo ese día sucedió algo que despertó en los jóvenes ese espírito combativo que todos los seres humanos tenemos: Enrique Peña Nieto fue abucheado y obligado a salir de la Ibero con gritos de "¡Fuera! ¡Fuera!" después de que el señor admitiera total responsabilidad en el caso Atenco hace seis años.

     Desde aquel día el movimiento ha ido cobrando fuerza y cada día son más los universitarios que se unen a esta protesta nacional contra lo que representa el regreso del PRI a Los Pinos. Cada vez son más universidades las que forman parte de este movimiento y el pasado miércoles se reunieron en la UNAM para definir su postura política.

     Aunque me gustaría estar ahí, ya no tengo el ánimo para hacerlo, y después de tantas derrotas políticas que mi generación ha sufrido, no es fácil lanzarse a tomar las calles y hacernos escuchar sin pensar en que habrá represalias. Tal como lo dijo un amigo mío en su blog al referirse a la marcha del 23 de mayo "Ellos [los estudiantes] iban con la esperanza en la mano y yo no... voy con cautela, pensando que el golpe viene...".

     Tal vez para la generación que estamos en los treintas el tiempo de manifestarnos en las calles y mantener el espíritu que sólo los jóvenes tienen ya pasó, pero el tiempo de apoyar a aquellos que luchan por el bien del país no ha pasado ni pasará nunca. Aunque no seamos uno de ellos, podemos caminar a su lado y contagiarnos de esa energía que alguna vez tuvimos, cuando creíamos firmemente que podíamos cambiar al mundo.

     A nosotros nos toca apoyarlos desde nuestra trinchera, porque mañana nuestros hijos vivirán los resultados de la lucha de los jóvenes hoy.

     Por todo lo dicho anteriormente es que apoyo al movimiento #YoSoy132 y porque he vuelto a creer que el México que todos queremos ver está cada vez más cerca.