El matrimonio: Mi opinión después de dos años de vivirlo

Alguna vez se han preguntado ¿Qué es el matrimonio? Yo sí, y aun no logro llegar a una respuesta única, pero es porque cada uno de nosotros tiene una concepción distinta de esta palabra. Para unos es un sinónimo de "infierno", mientras que para otros significa "Ritual mediante el que tu suegra toma control de tu casa" (una idea no muy lejana al infierno).
     Al final, cada uno de nosotros tiene una concepción diferente del matrimonio; lo cual es bueno hasta que llega el momento en el que tienes que enfrentarte con la realidad, que normalmente es una mezcla de tu concepción del matrimonio con la de tu pareja, y en ese momento empiezan las discusiones para llegar a un punto medio en el que ambos deben ceder un poco. Creo que por esto dicen que el primer año es el más difícil.
     Por ejemplo, para mí el matrimonio no incluía pararme en una iglesia para que un dios legitimara mi decisión, pero en la concepción de mi esposa sí estaba, así que tuvimos que ceder cada quien un poco. Y al final yo me paré en la iglesia, y ella aceptó casarse con alguien que no está bautizado.
     Así puedo hacer una lista interminable de las diferencias que existen entre las ideas de dos personas que ahora viven bajo el mismo techo y deben aprender a llevarse bien. Lo curioso es que cada uno piensa que su idea es correcta y que la del otro es errónea. Y en esto radica la capacidad de entender y negociar para llegar a un punto medio que satisfaga a ambos, siempre buscar el "ganar-ganar".
     Dos años de matrimonio (ayer fue nuestro aniversario) me han enseñado que el "ganar-ganar" llega por sí solo después de que entiendes a la persona con la que decidste compartir tu vida. Siempre habrá cosas que no me gusten de ella y a ella de mi, pero cada día hacemos lo posible porque estas cosas que no nos gustan se vuelvan sólo motivos de negociación.
     Voy a cerrar esta entrada del blog diciéndoles que les recomiendo el matrimonio sólo si están dispuestos a escuchar, entender, negociar, ceder y buscar siempre ganar-ganar. Porque al final, esa persona con la que van a discutir, es la que eligieron para compartir su vida.