viernes, 22 de junio de 2012

¿Por qué no apoyar al movimiento #YoSoy132?


En las últimas semanas he tenido conversaciones con amigos, con familiares o con colegas acerca del movimiento estudiantil #YoSoy132. La mayoría de las personas con las que he platicado están a favor del movimiento, e incluso lo apoyan yendo a marchas y demás; sin embargo también he tenido discusiones con gente que no lo apoya, y algunos que incluso están totalmente en contra de los jóvenes llamándoles NiNis o huevones, y creyendo firmemente que el movimiento está manejado por un titiritero para desestabilizar al país.
     Me gusta mucho platicar con personas que piensan como yo porque me alegra saber que no estoy solo en este mundo; pero, honestamente, siento que aprendo más cuando platico con personas que no piensan como yo (siempre y cuando sean pensantes y tengan argumentos coherentes). Son estas personas las que me han cuestionado mi apoyo al movimiento estudiantil, me dicen que los estudiantes no deberían estar en las calles armando alboroto porque los van a matar como en el 68, que deberían estar estudiando y preparándose porque conseguir trabajo es difícil en México, que deberían estar conociendo el mundo porque ya de adultos con una familia no lo van a poder hacer, etc.
     Después de estas tantas pláticas he logrado ver otras perspectivas de la misma situación y es cuando me pregunto, ¿cómo podría no apoyar al movimiento #YoSoy132? ¿cómo podría estar en contra de los jóvenes que quieren un México mejor?
     Crecí en una familia de universitarios izquierdistas, donde el Che era más importante que Dios; nunca encontrarías una cruz o una biblia en sus casas, pero sin duda podrías encontrar fotos y libros del Che Guevara. La televisión estaba restringida a un programa al día, así que como niño debía decidir bien lo que quería ver para no desperdiciar mi única oportunidad de ver caricaturas en alguna que no me gustara.
     La secundaria y la preparatoria las estudié en el CIE Sur (Centro de Integración Educativa Sur) al cual le tengo un cariño muy especial por todo lo que aprendí ahí. Era una escuela en la que el 14 de febrero pasaba desapercibido mientras que los estudiantes estaban haciendo alguna colecta para las campañas de alfabetización o para enviar comida a las comunidades indígenas. Una escuela en la que el 2 de octubre algún profesor decidía no dar su clase para informarnos acerca de lo que había sido el movimiento del 68. Un lugar donde tener el cabello largo y una banda de rock era común. En fin, era una escuela muy peculiar que principalmente me enseñó a pensar por mi mismo y a hacerme cargo de mis acciones.
     Con toda esta historia atrás, no puedo pensar en una razón por la cual no apoyar a los estudiantes en su movimiento; al final de cuentas ellos están haciendo el trabajo que mi generación, una generación bastante apática e individualista, no hizo. Y como dije antes, a nosotros no nos queda más que apoyarlos porque al final de cuentas nuestros hijos serán quienes recojan mañana los frutos de la lucha de los jóvenes hoy.
     Desgraciadamente tengo que estar de acuerdo con algunos comentarios de las personas que están en contra del movimiento. En efecto conseguir un buen empleo en México no es fácil, y tener dinero suficiente para conocer el mundo ya con una familia es aun más difícil. Pero la idea es luchar para que estas cosas (entre otras) sean más sencillas, porque seguir bailando al compás del sistema es lo que nos ha llevado a donde estamos y no hay manera de cambiarlo si no empezamos por pensar que está mal.
     El movimiento es sólo una consecuencia del despertar de los jóvenes, es una gran avalancha que no se puede parar y que va a llegar hasta donde los estudiantes quieran, y eso es lo que me llena de esperanza. Al final de cuentas, México no está perdido.
     En fin, después de esta reflexión concluyo que no puedo estar contra los estudiantes y que hoy estoy más convencido que es mi deber estar con ellos y acompañarlos en su lucha, caminando a su lado en las marchas y escribiendo acerca de ellos.

2 comentarios:

Mezcalona dijo...

De acuerdo, la juventud está despertando. Los ciudadanos también. Ojalá esto sea el inicio de la caída de la partidocracia y el comienzo del ascenso de los ciudadanos en el poder. Te comparto un texto donde hablo de esto: http://sidescalona.blogspot.mx/2012/06/el-pais-de-la-democracia.html Saludos, tienes un nuevo seguidor

Unknown dijo...

Ya leí tu blog, tienes toda la razón y es justamente a lo que nos ha llevado el sistema partidista. Por eso es que los jóvenes deben levantarse. Saludos.

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