La insoportable realidad de pensar distinto

Tal como dice el título, pensar distinto es una realidad insoportable. Los seres humanos tenemos tantas facetas que no existen (ni existirán nunca) dos personas que piensen igual. Pero seamos realistas, hay veces en las que daríamos cualquier cosa porque nuestra pareja pensara lo mismo que nosotros: al momento de decorar la casa, al decidir qué película ver, al escoger a dónde ir a comer, etc. Y aunque suene como una bendición, honestamente sería tan aburrido como ir a misa.

     Me gustaría decir que la solución a esto es respetar la manera de pensar de los demás, pero me estaría contradiciendo, ya que hay muchas personas que piensan que respetar la forma de pensar de los demás no está bien si contradice a la suya.

     Si tenemos la mente abierta al escuchar a personas que piensan diferente a nosotros o al leer libros que van contra nuestra manera de pensar, siempre podremos aprender algo nuevo. En el peor de los casos reforzaremos nuestro desacuerdo, y en el mejor de los casos podríamos encontrar una perspectiva nueva ante la vida, que de no haber tenido la mente abierta no lo habríamos aprendido nunca. Pero así como lo mencioné en el párrafo anterior, hay personas a las que no les agradará tener una mente abierta.

     Pondré un ejemplo que creo que ayudará a ilustrar mi punto ya que lo estamos viviendo diariamente en nuestro país, y que conforme se acerca el 1o de julio se intensifica más. Así es, estoy hablando ni más ni menos que de las elecciones presidenciales.

     Por un lado están las personas que están convencidas de que el PAN ha hecho un buen trabajo en los últimos 12 años con Fox y Calderón, y por lo tanto votarán por Vázquez Mota; por otro lado están los que creen que López Obrador es quien mejor se va a desempeñar en la presidencia, por lo tanto estarán con él en las urnas; como tercera opción están los que no están de acuerdo con la labor del PAN en los últimos años y quieren de vuelta al PRI, el partido que nos gobernó previamente durante décadas, así que apoyarán a Peña Nieto; y por último están los que se sienten identificados con Quadri. ¿Quién de ellos está en lo correcto?

     Al bloque anterior también debo añadir a aquellos que están hartos de la política y van a anular su voto, o simplemente no les interesa votar. Repito la pregunta ¿quién está haciendo lo correcto?

     La respuesta es simple, y no depende de mi sino de cada persona que esté leyendo esto. Cada uno de nosotros va a pensar que quien coincide con nuestra manera de pensar está en lo correcto y quien difiere está equivocado. Pero pensar diferente no debería hacernos enemigos, sin embargo es precisamente eso lo que sucede.

     En las últimas semanas he platicado con varias personas, cada una con una visión política particular; he tratado de estar abierto para aprender cosas nuevas, aunque no voy a negar que hay muchos momentos en los que me molesto, principalmente cuando alguien basa su plática en argumentos infundados. Pero al final del día mi solución es escuchar, aprender y cuestionar; porque me he dado cuenta que por más necia que sea una persona, si la cuestionas con argumentos válidos se quedará pensando y probablemente comenzará a abrir su mente.

     En fin, pensar distinto es una bendición, gracias a ello es que aprendemos todos los días algo nuevo y crecemos como personas. No intentemos convencer a las personas afirmando qué nuestra visión es la correcta, mejor cuestionémoslos directamente y permitamos que nos cuestionen, tal vez nos daremos cuenta que no estábamos tan en lo correcto como creíamos.