Tercer aniversario de matrimonio

Creo que esta vez me tardé de más para escribir este texto, pero tal como lo dice el título, el pasado 4 de octubre fue mi tercer aniversario de matrimonio, aunque la mayor parte de las personas (incluso mi madre) se siguen refiriendo a aquel evento del 4 de octubre de 2008 como "la boda de mi esposa" haciendo comentarios como que yo era el invitado de honor o que sin mi no habría habido fiesta. Pero independientemente de lo que digan, por alguna razón las bodas siempre pertenecen a la novia.
     Tres años después de ese día, decidimos hacer algo diferente para festejar. Para comenzar, en esta ocasión salimos de vacaciones unos días para dejar atrás el estrés y las presiones de la vida cotidiana; por otro lado, decidí sorprenderla enviándole un arreglo de flores a su trabajo, lo cual realmente la tomó desprevenida y todo indica que fue un excelente detalle. Y por último, debido a que era martes y teníamos que trabajar al día siguiente, sólo salimos a cenar; el lugar que escogimos se llama Hunan y tengo que reconocer que es bastante bueno, la comida deliciosa y los martinis bastante ricos y pegadores.
     Siempre me sucede que al momento de llegar una fecha importante, no puedo evitar reflexionar aceca de lo que significa, y la importancia que ha tenido en mi vida. Así que después de reflexionar un poco, puedo decir que el matrimonio tiene más ventajas que desventajas. Como alguna vez dije: "el problema no es el matrimonio, es la pareja". Y esto es cierto no sólo para las parejas casadas, sino también para las que llevan una relación relativamente seria. Si mi esposa fuera una persona que quisiera cambiarme y no le gustara lo que soy y lo que hago, creo que no habríamos llegado a este aniversario; es más, dudo que alguna vez nos hubiéramos casado. Sin embargo, puedo decir en su nombre que está contenta conmigo por como soy, al igual que yo con ella.
     Tres años es poco tiempo para algunas personas, y una eternidad para otras; para mí, son simplemente tres años que han sido diferentes a los otros 30 de mi vida. La principal diferencia es que comparto mi vida con una persona, y no sólo me refiero a los momentos agradables, ni al dicho cursi que es tener una compañera de vida; sino más bien a los momentos en que tenemos que planear nuestro futuro juntos, como dónde vamos a vivir, cuándo vamos a viajar, etc. Desgraciadamente esto también aplica para los días que llega la quincena y entre ambos tenemos que pagar lo que gastamos y apartar para los gastos que vienen. Y ni se diga al momento de ir al super, escoger un mueble, salir a cenar, etc. ya no es sólo lo que yo quiero, sino que tengo que tomar su punto de vista en cuenta.
     Al final creo que hemos logrado un ambiente bastante equitativo, en el que ambos cedemos una parte y podemos llegar a acuerdos facilmente.
     Sólo me resta decir que estoy muy contento de haber llegado a mi tercer aniversario, y ahora veremos que depara el cuarto año de matrimonio.