martes, 1 de diciembre de 2009

Proyectos en la vida diaria

Hace unos días platicaba con una persona que aseguraba que la administración de proyectos no está hecha para la vida real, es más, sólo sirve en el trabajo (porque como todos sabemos, el trabajo no pertenece a la vida real). Intenté explicarle que no es así, que cada cosa que emprendemos puede ser un proyecto y que por lo tanto es posible administrarlo. Después de algunos minutos me di cuenta que ante la terquedad es difícil mantener una conversación coherente, por lo que desistí. Sin embargo, me quedé con ganas de explicar por qué es que es posible administrar los pequenos proyectos de la vida diaria.
     Esta persona me ponia un ejemplo de un viaje. Su argumento era simple, sólo decidía que "hoy" tenía ganas de ir a Acapulco así que agarraba sus cosas y se iba, sin planear nada ni administrar nada. En ese momento creí captar la idea que tenía de un proyecto y le explique que la administración no es llevar mil notas o saber exactamente que vas a hacer cada hora del dia. Durante algunos minutos me escuchó (o al menos eso pensé) y en verdad creí que ya estábamos hablando el mismo idioma. Al terminar mi explicación, se limitó a responder "no estoy de acuerdo". Mi cara no podia ser de mayor asombro, ¿acaso no habia explicado hace unos segundos que no se trata de toda esa burocracia que imaginaba? En ese momento fue cuando "mágicamente" sonó mi teléfono y me avisaron que iba retrasado a una reunión que no iba a suceder.
     Ahora pienso que si existe una persona así, es muy probable que existan mil más. No todo se puede resolver con lógica, tratar de hacer entender algo a alguien con una mente necia y aferrada es mas difícil que salir caminando del auto despues de chocar con un camión blindado.
     Volviendo al tema del viaje a Acapulco, por el que discutíamos. Al final, es un proyecto. Cuenta con las cinco fases de un proyecto cualquiera: inicio, planeación, ejecución, monitoreo y control, y cierre. El inicio es cuando decide que "hoy" quiere ir a Acapulco. La planeación es sencilla, toma la decisión de ir en carro, por la autopista, pasar a comer garnachas a Tres Marías y llegar a casa de la tía a dormir. La ejecución es simplemente ejecutar todo lo planeado. El monitoreo y control es revisar que la ejecución se mantenga dentro de lo planeado, revisar que el carro tenga gasolina, apartar dinero para las casetas, y todas las cosas que aseguran que lleguemos a nuestro destino. El cierre es muy rápido, el momento en el que nuestro proyecto de "Llegar a Acapulco" se cumple, o sea, cuando nos bajamos del carro.
     El problema es que cuando pensamos en un proyecto, inmediatamente se nos viene a la cabeza aquella materia de "Administración de Proyectos" que nos dieron en la escuela, y peor aun cuando estaba mezclada con "Toma de Decisiones". Tal vez alguien piense que no tiene sentido hacer un proyecto para cada situación que se nos presenta, sin embargo lo hacemos de una manera muy sencilla, tal como lo ilustré en el ejemplo del viaje a Acapulco.
     No sé si esto tenga sentido para ustedes, pero de algo estoy seguro, si no lo tiene, deben ser muy parecidos a la persona que me inspiró esta entrada de blog.
     El último párrafo de esta entrada lo dedicaré al hecho de que hoy comienza diciembre, en unas cuantas semanas estaremos cenando por navidad y brindando por el año que viene mientras hacemos nuestros propósitos para 2010. Como consejo, tomen este ejemplo tan simple y llévenlo a cabo con cada uno de sus propósitos, para que se conviertan en realidades y no se queden sólo en buenos deseos.

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