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domingo, 4 de octubre de 2009
Nuestra boda, un año después
Ya pasó un largo año desde aquel 4 de octubre de 2008. Aun así, lo recuerdo como si fuera ayer, y no precisamente por la felicidad del momento, sino por todo lo que pasamos Marcela y yo para llegar a ese día.
Unos diez meses antes de la boda comenzamos a planearla, pero esos momentos eran sencillos, fijamos la fecha, pensamos en el número de invitados, comenzábamos a ver los salones, etc. las cosas fáciles. El verdadero estrés comenzó unos tres meses antes, por ahí de principios de julio.
Los últimos tres meses fueron mortales, creo que quisimos cancelar la boda unas 90 veces o tal vez más, dependiendo si hablábamos de ella más de una vez en el día, porque, claramente, la boda era nuestro principal (y único) tema de conversación. Durante ese tiempo hicimos la prueba del menú, organizamos a los invitados en sus mesas, organizamos a las 16 damas y a los 8 "damos", escogimos la música, mandamos decorar las copas, nos hicimos análisis de sangre, confirmamos la iglesia y el salón, repartimos invitaciones, actualizamos la lista de invitados conforme iban cancelando, seleccionamos los anillos, decidimos que bebidas daríamos, escogimos la luna de miel y lo más importante, bajo todo ese estrés, nos toleramos el uno al otro.
Llegó la noche antes de la boda, ya todo estaba bajo control excepto un par de detalles: mi mudanza y las maletas de la luna de miel. Decidimos que lo más importante eran las maletas, porque terminando la fiesta nos iríamos al aeropuerto, así que a las dos de la mañana llevé a Marcela a casa de sus papás, dejamos las maletas ahí y me regresé para empezar a empacar mi mudanza. La verdad no se que habría hecho sin mis roomies, no sólo me ayudaron con la boda y las maletas sino que después, hicieron mi mudanza. Lo demás, es historia. La mayor parte de las personas que leerán esto asistieron a la boda y no dudo que les hayamos platicado de la luna de miel.
Al final, sólo puedo decir que en la vida volvería a planear una boda, y eso que yo sólo participé en una cuarta parte de los preparativos. Sin embargo, tengo que reconocer que fue un día muy feliz y tres meses de pleitos y discusiones, se olvidan esa noche.
2 comentarios:
Creo que a todos nos pasa exactamente igual, yo no quise cancelarla 90 veces, pero talvez 10 si jaja, incluso el día de la boda a las 2 am seguíamos organizando las mesas... ni modo es parte de, pero si para divertirme como me divertí ese día tengo que pasar por otros 3 meses de estrés, mmmm si me aviento!
Creo que a todos nos pasa exactamente igual, yo no quise cancelarla 90 veces, pero talvez 10 si jaja, incluso el día de la boda a las 2 am seguíamos organizando las mesas... ni modo es parte de, pero si para divertirme como me divertí ese día tengo que pasar por otros 3 meses de estrés, mmmm si me aviento!
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