La delgada línea entre "casa" y "bodega"

¿Alguna vez se han preguntado dónde termina la definición de casa y comienza a ser una bodega? Yo me lo pregunté hace poco que ordenaba el estudio.
     Como algunos de ustedes sabrán, vivo en un departamento de dos habitaciones. Una es mi habitación y la otra funciona como estudio, la semana anterior tuve un poco de tiempo y decidí poner orden a las cosas que estaban regadas por todo el cuarto.
     Al principio todo iba bien, no había ratas ni cucarachas, lo cual me daba la impresión de sería rápido. Cuando llegué a la parte donde estaban los libros y las revistas me di cuenta que tengo un libro de programación avanzada para Borland Pascal 7; para los que no estudiaron Ingeniería en Computación o algo de programación en los noventas, o simplemente no estén familiarizados con estos términos: Borland Pascal 7 es un lenguaje de programación que corría en Windows 3.x, yo lo aprendí a usar en 1999 cuando ya era algo obsoleto, ya que estaban entrando los lenguajes de programación visuales, como Visual Basic 5. Con esto pueden darse una idea desde hace cuanto estaba ese libro empolvándose.
     Después de hojear el libro decidí deshacerme de él, junto con revistas de hace tres o cuatro años y demás papeles que ya no tenían uso. Obviamente, después de dos horas de estar dándole vueltas al estudio y revisando las cosas que sacaba, el lugar se veía más desordenado que al inicio y tenía cuatro bolsas llenas listas para ser enviadas a reciclaje. Me llevó dos días poner todo en orden y al final realmente se ve igual.
     El siguiente paso será el closet, luego la alacena y ya veremos que sigue. Estoy seguro que entre mi ropa encontraré playeras relativamente nuevas que no he usado porque subí de peso o porque ya no me gustó el color.
     ¿Por qué no somos capaces de deshacernos de las cosas al momento en que dejan de ser útiles? Digo, una cosa es mantenerlas por la esperanza de algún día bajar de peso, pero qué tal las personas que a sus 40 años aun guardan sus apuntes de la secundaria, como si en verdad en algún momento los fueran a leer de nuevo; o qué les puedo decir de la vajilla horrible que les dio la abuelita y que no usan por fea y vieja, pero claramente tiene valor sentimental, entonces merece un espacio en un cajón de algún mueble, lista para llenarse de polvo y pasar a la siguiente generación, sólo esperemos que al menos la limpien.
     ¿Qué me pueden decir ustedes? ¿Sus casas aún son casas o están cruzando esa delgada línea entre "casa" y "bodega"?